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Espiritualidad

Tenemos una espiritualidad laical

LMC Arequipa

  • El centro, el eje, la clave de la espiritualidad de un Laico Misionero Comboniano es el seguimiento de Jesús.
  • El LMC está llamado a seguir el proyecto de Jesús, y esto nos lleva a un compromiso incondicional por el bien del hombre, y como consecuencia tenemos un rasgo esencial del LMC: disponibilidad toda la vida para ir a misión.
  • La libertad y disponibilidad mencionada anteriormente tienen su fundamento y razón de ser en la experiencia esencial de Dios, que es la clave y explicación del seguimiento.
  • El seguimiento se orienta hacia un objetivo determinado, la liberación, ante todo y sobretodo, de todos los oprimidos, es decir, liberación integral a tres niveles:
                  • Nivel socioeconómico y político: causas que generan la opresión.
                  • Nivel antropológico: agentes que producen la alienación.
                  • Nivel más profundo: liberación del pecado.
  • No son liberaciones separadas, deben darse al mismo tiempo. Esta es la Buena Nueva, nuestra misión y razón de ser la Evangelización.
  • Una característica de nuestra espiritualidad es la radicalidad, ya que las renuncias que exige el seguimiento son muy profundas: renuncia a los bienes, a la propia instalación, a la familia. Sin embargo, nuestra opción de vida no son un camino de frustración, sino que busca alcanzar la plena realización de la persona y colabora en la realización de los demás.
  • El seguimiento tiene una dimensión comunitaria. Es importante que en el movimiento busquemos estructuras que ayuden a reforzar los lazos afectivos, la acogida de los que vuelven de misión, la vida de grupo, el compartir la vida y la fe, etc. Esta vida en común no quiere decir necesariamente vivir bajo el mismo techo, pues la vida comunitaria laical tiene sus propias características y riquezas; pero creemos que en esa diversidad de formas lo esencial es vivir desde el compartir, desde la comunión de bienes y comunión de fe.

Tenemos una espiritualidad misionera.

  • Queremos superar el concepto exclusivamente geográfico de misión ad gentes y somos conscientes de que la misión allá comienza en el acá cercano, pero al mismo tiempo este aquí cercano no puede ser más que en el horizonte del más allá universal.
  • Hacer Iglesia desde nuestra realidad española. Creemos que un aspecto de nuestra vocación es la de animar misioneramente la Iglesia española a veces tan cerrada en sí misma.
  • La opción por los pobres aquí y allá será un signo de autenticidad de nuestra vocación misionera.
  • Nuestra vocación misionera nos lleva a los lugares de frontera, allí donde la iglesia oficial no llega o no ha ido nunca.
  • Una característica misionera será la provisionalidad con lo que ello implica de precariedad y fragilidad; el sentirse caminante hacia Dios y peregrino hacia el hermano.
  • Como misioneros que somos, tenemos una positiva y real disponibilidad para salir hacia otras gentes, siendo la misión ad gentes en medio de otras culturas, credos y razas lo que es constitutivo de nuestra particular vocación.

 

Tenemos una espiritualidad comboniana.

  • Inspirados en Daniel Comboni vivimos nuestra vocación desde este carisma concreto. El carisma comboniano no se agota en la forma de actualizarlo en la vida religiosa, sino que está llamado a ser reinventado y recreado desde la vocación específicamente laical.
  • Así como el proyecto de Comboni fue nuclear (cf. África o muerte), así también queremos vivir el proyecto LMC como proyecto de por vida donde la dedicación total para la misión sea la prioridad de nuestras vidas cuando estamos aquí en España o cuando estamos lejos en otros países.
  • Queremos resaltar la especificidad de la misión ad gentes como es el vivir en una cultura que no es la tuya, el contactar con otras naciones, el rezar con discípulos de otras religiones, el aprender lenguas y costumbres, el optar por los últimos de la tierra, el ir allá donde el Evangelio no ha sido todavía anunciado, el ser un poco ciudadanos del mundo.
  • Al servicio a los más pobres y abandonados como una opción preferencial.
  • Salvar África por medio de África, es decir, creer sinceramente en aquellas personas a las que servimos en la misión, promoviendo en ellos agentes evangelizadores y creadores de su propia liberación. Como laicos que somos estamos llamados a promocionar el laicado autóctono y todo ministerio al servicio del pueblo.
  • Comboni decía que las obras de Dios nacen y crecen al pie de la cruz. Nosotros también somos conscientes que la misión comporta la aceptación de las inevitables dificultades y sufrimientos a sabiendas que la cruz, frente al posible sentimiento de fracaso o frustración, en Jesús ha generado y genera vida para el pueblo.
  • Hacer causa común con aquellos que servimos, como decía Comboni.
  • Una fe inquebrantable en la Providencia conscientes que la misión no nos pertenece; somos meros servidores de la misión del Padre: como el Padre me envió, así os envío yo.
  • Todo ello vivido en Iglesia y desde una comunidad apostólica respetando y colaborando con todas las vocaciones y carismas eclesiales.